El secreto de mi éxito.
No, no creáis que tengo la intención de contaros el argumento de aquella famosa película protagonizada Michael J. Fox que triunfaba en España en 1988. No, no va por ahí la cosa. Pero, precisamente ese mismo año Sara Montiel prestaba su bella imagen para presentar a los mallorquines una opción más de compra, GranUto y nos decía que allí radicaba el secreto de su éxito, o por lo menos el culinario. Sara tenía razón, ese año 1988, venía cargado de mucho éxito, trabajo, sesenta primaveras y el secreto estaba en forma de disco, Purísimo…Sara.
“PurísimoSara” fue, es un trabajo precioso. Un disco muy cuidado y muy hecho para ella, para Saritísima y su bella, pastosa y aterciopelada voz, por gente por amigos maravillosos que conocían bien a la Montiel. Autores jóvenes que admiraban a la mujer y a la artista. Ella misma nos dijo que este era posiblemente el más bello trabajo, y que el motivo principal era “El primer disco grabado con mis hijos a mi lado”. Su reaparición pública fue espectacular, bellísima. En realidad nos dejo anonadados a todos los que tuvimos la oportunidad de estar pegados a la televisión la noche de la presentación, uf. Pero, ¿quién mejor que ella misma para intentar explicar ese estupendo trabajo?
No, no creáis que tengo la intención de contaros el argumento de aquella famosa película protagonizada Michael J. Fox que triunfaba en España en 1988. No, no va por ahí la cosa. Pero, precisamente ese mismo año Sara Montiel prestaba su bella imagen para presentar a los mallorquines una opción más de compra, GranUto y nos decía que allí radicaba el secreto de su éxito, o por lo menos el culinario. Sara tenía razón, ese año 1988, venía cargado de mucho éxito, trabajo, sesenta primaveras y el secreto estaba en forma de disco, Purísimo…Sara.
“PurísimoSara” fue, es un trabajo precioso. Un disco muy cuidado y muy hecho para ella, para Saritísima y su bella, pastosa y aterciopelada voz, por gente por amigos maravillosos que conocían bien a la Montiel. Autores jóvenes que admiraban a la mujer y a la artista. Ella misma nos dijo que este era posiblemente el más bello trabajo, y que el motivo principal era “El primer disco grabado con mis hijos a mi lado”. Su reaparición pública fue espectacular, bellísima. En realidad nos dejo anonadados a todos los que tuvimos la oportunidad de estar pegados a la televisión la noche de la presentación, uf. Pero, ¿quién mejor que ella misma para intentar explicar ese estupendo trabajo?
"Purísimo Sara", ¿cuál es tu crónica de lo que ofreces?
Purísimo Sara es, para mí no ser la misma, cambiar.
Pero variar cuando has tenido una personalidad tan fuerte y definida como la mía, un estilo tan propio con el que marqué una época, tener ese estilo durante treinta años y, de pronto, decir que eres otra artísta tras 700 canciones grabadas es una aventura.
Y un riesgo ¿no?
Ambas cosas.
Sé que he sido muy valiente. Podía haber seguido haciendo galas como hasta ahora, con mis 700 canciones de repertorio y mis 52 LPs, éxitos, absolutamente todos han sido éxitos, desde "el Relicario" a "Nena", "Fumando espero", "La Violetera"...Era muy fácil, no sé si me explico.
Perfectamente.
Pero yo dije: No, voy a cambiar, voy a cantar de otra manera, a expresarme de forma distinta. Estuve un año estudiando canciones, hablando con autores como José María Cano, y le dije que me hiciera una a ver que salía.
Pero no has roto con lo anterior. Ofreces tanta novedad como viejos éxitos.
Dáte cuenta que las nuevas canciones son diez. Lo que he hecho es lo que hacen julio y muchos otros, o sea, Julio canta sus "violeteras" y luego lo de Stevie Wonder. Yo lo que hago es ofrecer todo eso pero luego rompo con una canción de Carlos Berlanga, de Carlitos, actualísima, con un argot de ahora, luego otra de sabina, Fúmame, fúmame muy rockera, que está francamente bien.
¿Cómo reaccionaba la gente?
Mira, cuándo acabé de cantar mí "Violetera", sin Montserrat, mi grupo interpretó "Purisimo Sara" y después yo entré en el escenario con un "para-para-papapapara", o sea, otra cosa totalmente diferente. Las chicas de coro, que son dos leones, hacían "iha, iha" y a la mitad de la canción la gente empezó a aplaudir. Sabía que iba a ser así, es matemático.
Javier Zuloaga (1988)
Esa misma noche, nos presentó a los mallorquines y a otros muchos que se desplazaron a la isla para ver, oír, disfrutar y aplaudir su último trabajo ¿verdad? Podría señalar a algunos/as que me están leyendo. Sí, sí, a ti.
Esta introducción cansina viene rodeada de un halo de felicidad, de velas, tarta, glamour, maquillaje de largos e interminables marabúes y preciosos zapatos de tacón, de vestidos maravillosos y auténticas lentejuelas, de horas, días y años de trabajo en mayúscula, de eso hablo, del autentico y verdadero éxito de Sara Montiel, que sucedió un 10 de marzo de 1928, otra vez el 8 como número de la suerte.
Y desde aquí, como en otras ocasiones desearte salud y que sigas así, como siempre diciéndonos que la vida está ahí flotando y dura lo que el humo del mejor de tus habanos. Por eso, es un placer disfrutarla con tu presencia, con tu humor, con tus inmensas ganas de vivir y con ese brillo que no pierdes. Realmente Sara, y después de todo lo dicho y escrito, ¿cuál es el secreto de tu éxito?
El mejor dueto de Sara Montiel
Pongámonos cómodos y relajémonos
Y para ti, que también cumples años un 10 de marzo y que soportaste con sentido del humor mis bromas y mis fantasías ¡Felicidades!
Sucedió hace 50 años.
En marzo de 1963 saltaba a
la prensa el caso de una autentica admiradora de Sara Montiel. Era una
alicantina llamada Pepita.
Pepita de Alicante
Pepita,
como aquella historia maravillosa de aquel fan perdido voluntariamente en un
hermoso pueblo de la península. ¿Os acordáis? Todavía me emociona cuando le veo
ingenuo sentado delante del televisor…soy un sentimental, qué le voy a hacer.
Bueno, Pepita tenía a Sara como al más grande ídolo de la pantalla y allí donde
se proyectaba una película de su actriz, se presentaba Pepita con su bocadillo
y se introducía en la magia del patio de butacas, ansiando como única luminosidad la que la pantalla proyectaría
sobre sus ojos. Pero no, no se conformaba con ver una sesión no, nada de eso,
permanecía allí sentada, tal vez, no sé, me gusta pensar que esperando aquel
bello milagro que años después nos retrató Woody Allen en La rosa púrpura del Cairo y que muchos de nosotros, estoy seguro,
ya nos habíamos adelantado a ese sueño.
Pepita
permanecía allí sola con sus sueños, hasta que el portero le daba el aviso que
tenían que cerrar. Y así, hasta el día siguiente. En marzo de 1963, Pepita
confesaba que había visto 59 veces La Reinadel Chantecler y más de un centenar El último cuplé.
En Alicante se hizo muy
popular hasta tal punto, que se le permitía el acceso a los cines gratis.
Pepita se atrevió a más y un
buen día se presentó en el rodaje de Noches de Casablanca. Sara Montiel la
recibió amablemente y conmovida por tanta admiración, la invitó a su casa de
Madrid. A mí, que ni los sueños ni la
fantasía me dejan descansar, pienso que talvez, y uniendo mis sueños siempre a la magia del cine que tanto me gusta.
Pues eso, tal vez fue el comienzo de una hermosa amistad.
1963 da para mucho más pero,
será otro día.
5 comentarios:
al fin he visto que has vuelto
de nuevo a tu maravilloso blog
te echabamos de menos
la rusa
Espero no dejar pasar tanto tiempo. Gracias por pasar y por los mensajes animándome a que retomara las riendas del blog. ¡Sigo vivo!
del rio sin ninguna comparacion
leigh ni cerca a esa hembra!
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