Muy criticado por sus contemporáneos, fue de los pocos que conocieron la riqueza en vida gracias a sus novelas.
Escribió su primer libro a los catorce años, se titulaba Cuentos grises y el último que se publicó antes de su muerte fue Novelas de amor y de muerte.
Blasco Ibáñez nació en Valencia un 29 de enero de 1867 dentro de una familia de comerciantes oriundos del bajo Aragón. Fundó el periódico valenciano El Pueblo y para él escribió Flor de mayo y La Barraca. Dejó sin publicar La voluntad de vivir, novela que escribió en 1907. Se dijo que lo tenía todo preparado para que salieran a la venta 12.000 ejemplares, cuando el escritor recibió un telegrama de una mujer a la que previamente había enviado el primer ejemplar: Temo ser reconocida en la novela -le dijo. Al parecer describía la gran pasión que sintió años atrás por ella. El escritor no vaciló y mandó quemar la edición entera… ¡Uf! ¡Qué bonito!
A Hollywood no le fue indiferente el talento del escritor y la posibilidad de adaptar sus novelas a la gran pantalla se vieron pronto realizadas. Eran tiempos de gran creatividad dentro de este casi desconocido arte y se buscaban con ansia buenas historias que contar para adaptarlas a ese idioma universal y cinematográfico puro, como era la expresión, dentro de un mundo de silencio.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1921) de Rex Ingram, protagonizada por el primer sex simbol masculino del cine Rodolfo Valentino (años más tarde Vicente Minnelli la llevó de nuevo al cine en 1962, esta vez con Glen Ford, y un largo reparto de buenos actores, tan largo como su duración y ya carente del interés de la primera versión). Sangre y arena (1922) de nuevo con el mítico Valentino. Rouben Mamoulian hizo una nueva versión en (1941) junto a Tyrone Power, Rita Hayworth y la maravillosa Linda Darnell. También existe una versión española del año 1989 dirigida por Javier Elorrieta y con guión de Rafael Azcona.
Valentino
La “Divina” Greta Garbo debutó en el cine americano con Torrent (1926) adaptación de la novela Entre naranjos, a la que siguió The Temptress (1926) de Fred Niblo, adaptación de la novela La tierra de todos.
Sara Montiel
-Has tenido algo de devoradora de hombres?
-Sí, eso sí, pero siempre los he dejado vivos. la verdad es que yo he tenido mucha facilidad para quitarme a los amantes de encima.
-Sí, me costaba más librarme de un catarro que de un amante
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